En
la actualidad el mundo laboral es complejo, cambiante y diversificado; por
ello, cada vez es más importante que se realice un proceso de orientación
vocacional que guíe a las personas interesadas en su futuro profesional. Por lo
tanto, para poder lograr una buena adaptación y efectividad tanto en los
estudios como en el trabajo es necesario facilitar a los individuos una
acertada orientación en la elección de profesiones, estudios o actividades.
La
forma más fiable y válida de realizar dicha orientación es a través de la
medición de variables relacionadas con inteligencia, aptitudes, intereses y
personalidad, por medio de la correcta aplicación e interpretación de pruebas
psicológicas tipificadas. No obstante, gran parte de la información cualitativa
relacionada con presiones familiares, expectativas de empleo, influencia del
grupo de amigos, aspectos inconscientes, etc., se recaba a través de
entrevistas profundas.
Lógicamente,
la inteligencia y las aptitudes están asociadas con la actuación de los
individuos en distintas áreas. Por otro lado, la personalidad e intereses están
asociados con la satisfacción que las personas pueden obtener estudiando o
desempeñando una profesión. Lo ideal para tomar una decisión es que coincidan
ambos aspectos, pero puede ocurrir, y frecuentemente ocurre, discrepancias
entre intereses y aptitudes.
Así,
existen muchas personas con un bajo nivel aptitudinal en un área pero que
expresan un alto interés por estudios o profesiones que precisan esa aptitud.
Un ejemplo de ello, es el caso de una persona que tiene una alta motivación en
estudiar ingeniería, pero tiene niveles bajos en razonamiento numérico y en
razonamiento mecánico. En este caso y en otros análogos, se observa que existen
bajas probabilidades de que una persona con pocas aptitudes complete los
estudios que les llevan a dicha profesión. Por lo tanto, el orientador debe
evaluar hasta que punto es probable que una alta motivación pueda compensar un
déficit de aptitudes en el mismo campo.
Otro
caso, menos frecuente, ocurre cuando hay un perfil plano (puntuaciones
similares) en todas las variables del test de intereses. Esto indica que no hay
ni preferencias ni rechazos marcados por las distintas clases de trabajo, o
muestra indecisión por parte del individuo.
Aquí, el nivel de inteligencia, qué aptitudes destacan, qué rasgos de
personalidad son los predominantes, así como entrevistas en donde se exploren
aspectos no conscientes, pueden ayudar al individuo a decantarse por una
actividad o profesión particular.
Con
respecto a variable personalidad, los niveles en los rasgos asociados con
medidas de masculinidad y feminidad en pruebas de personalidad pueden ayudar a
orientar un proceso de orientación. Esto se debe a que determinadas
características de personalidad hacen más probable ciertas tendencias
comportamentales; por ejemplo hay rasgos que orientan hacia actividades de tipo
literario o estético por un lado (personas sensibles o empáticas), o hacia actividades
físicas o mecánicas (personas que buscan estimulación, aventureras, etc.).
Por
otro lado, hay aspectos prácticos que hay que tomar en cuenta y que condicionan
la elección profesional. Así, la presión familiar y de amigos, las expectativas
de encontrar empleo con una profesión u otra, la nota disponible, las
actividades o profesiones que hay en el lugar en donde reside el individuo,
entre otros aspectos, son importantes y tienen un peso a veces subestimado por
los orientadores. En este sentido, el individuo es, ante todo, un ser social
que esta inmerso en un cultura que premia o castiga ciertas actividades o
profesiones, que influyen poderosamente sobre la decisión final del individuo y
que hay que articularlo con los datos objetivos resultado del análisis de los
test psicológicos.
Finalmente,
la orientación vocacional debe ayudar a la construcción de una identidad
vocacional – ocupacional, expresada en términos de roles, en la que se
integran, desde las primeras fantasías hasta la imagen de sí mismo, erigida
sobre la base de los intereses, las aptitudes, los valores, motivaciones, las
aspiraciones, proyectada en futuro. Esta integración se produce a partir de una
crisis que implica ruptura, abandono y descubrimiento. Para elaborar esta crisis
es preciso un trabajo psicoterapéutico, en donde se trabaje temas como la
identidad, duelo y crecimiento personal.
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consentimiento por escrito del autor. Citar como: Valentiner, A. (2010)
Orientación vocacional: Un proceso complejo. [Documento WWW]. URL http://articulos-psico-accion.blogspot.com.es/