Para Winnicott, durante las
primeras fases del desarrollo emocional del niño (en la fase de dependencia
absoluta) no se debe buscar un sentimiento de culpabilidad ya que el yo no está
lo suficientemente organizado e integrado. Luego, poco a poco, si las
circunstancias son favorables, la capacidad para el sentimiento de culpabilidad
irá desarrollándose, en la medida que va apareciendo la capacidad de reparar
(cuando el niño es capaz de entrar en la posición depresiva de Klein). Una vez establecida
la capacidad para el remordimiento, el individuo empieza a estar capacitado
para experimentar el complejo de Edipo y tolerar la ambivalencia inherente a la
última fase.
No obstante, Winnicott vislumbró
en su práctica clínica con niños y adolescentes que no es raro encontrar
individuos cuyo normal desarrollo es solamente parcial y que en parte son
incapaces de sentir culpabilidad, ni siquiera remordimiento. De esta forma,
Winnicott reconoce que en ciertas personas se produce un estancamiento del
desarrollo emocional durante sus primeras fases, con la consiguiente ausencia
del sentido de la moral.
Winnicott, que le da gran
importancia al medio ambiente en el que se desarrolla el niño, plantea que las
personas que carecen del sentido de la moral son las mismas que, en las primeras
fases de su desarrollo, carecieron del marco emocional que hubiese permitido la
formación de la capacidad para el sentimiento de culpabilidad. En otras
palabras, propone que el desarrollo de la culpabilidad ocurre si se dan
condiciones ambientales complejas relacionadas con todo aquello que es natural
y seguro en el cuidado de bebés y niños.
En el análisis de niños y
adolescente antisociales, Winnicott se dio cuenta que hay un tipo de pacientes
(que por cierto es el más frecuente), de tipo más neurótico, en el que las
acciones delictivas se cometen a modo de intento inconsciente de dar sentido al
sentimiento de culpabilidad. Este tipo de paciente encuentra alivio en la realización
de un crimen, ya que el sentimiento de culpabilidad queda enlazado con algo
concreto; dichos actos se relacionan con la realización de fantasías reprimidas
edípicas hostiles. Aunque los hechos delictivos no satisfacen en un principio
al delincuente, si se repite compulsivamente, dichos síntomas pueden llegar a
tener una ganancia secundaria, por lo que se hace aceptable para el sujeto.
Lógicamente, un tratamiento psicoanalítico tiene mejor pronóstico cuando no se
ha afianzado el beneficio secundario.
Por otro lado, Winnicott
distingue un segundo grupo de pacientes, más graves y menos frecuentes, que
tienen mermada su capacidad para el sentimiento de culpabilidad. Estos
delincuentes tratan desesperadamente de sentirse culpables, con pocas posibilidades
de que lo logren.
Según Winnicott, para que se
desarrolle la capacidad para el sentimiento de culpabilidad de estos sujetos, se
deben hallar un medio ambiente particular que corresponda al que normalmente se
necesita para el niño inmaduro. Desafortunadamente, es difícil encontrar dicho
ambiente, capaz de absorber las tensiones producidas por la crueldad y el
carácter impulsivo del paciente. Así, Winnicott no era muy optimista en la cura
de este segundo grupo de pacientes (que se orienta a la que hoy se llama
psicopatía), pero si en la prevención del desarrollo de la tendencia antisocial.
En este sentido, Winnicott subraya
la importancia de tener una madre suficientemente buena, una madre que sea
capaz de dar cabida al desarrollo del verdadero yo del niño, es decir, acoger
su gesto espontáneo, interpretar su necesidad y gratificar al mismo. La
frustración debe ir emergiendo gradualmente; es decir, la madre en un principio
debe ilusionar al bebe para desilusionarlo progresivamente con la realidad, por
lo que Winnicott sugiere evitar, en la medida de lo posible, que se interrumpa
el desarrollo de la relación entre la madre y el bebé de forma brusca. Esta
ruptura de la continuidad de los cuidados maternos puede provocar, en algunos
niños, cualidades antisociales ya que, en cierta forma, dichos niños tienen el convencimiento
de que tienen derecho de reclamarle algo al mundo.
Prohibida la reproducción de
cualquiera de los contenidos de forma parcial o total sin el consentimiento por
escrito del autor. Citar como: Valentiner, A. (2012) El sentimiento de
culpabilidad y la tendencia antisocial para Winnicott. [Documento WWW]. URL http://articulos-psico-accion.blogspot.com.es/